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Pozuelo de Alarcón
/ 25 abril 2024

Historia de Pozuelo en fotografías: descanso y aguas medicinales

Historia de Pozuelo en fotografías: descanso y aguas medicinales

En estos tiempos convulsos a nivel político, económico y social, e inmersos en una dramática pandemia provocada por la Covid-19, que ha dado un vuelco tajante a nuestras vidas, es siempre interesante comprobar cómo eran los tiempos que nos preceden. Es enriquecedor echar la vista atrás y conocer las realidades de Pozuelo de Alarcón, mucho antes de que nosotros camináramos por sus calles. Una visión, quizás melancólica que nos recuerda que cada momento está íntimamente relacionado con los hechos que dibujan la historia.

Esperanza Morón García asegura que el primer documento que menciona a Pozuelo data de 1145. “Será en el Fuero Viejo dado por Alfonso VII el Emperador en 1145 donde aparece por primera vez el topónimo de UMARA (Húmera); en aquella época aldea también de Madrid y hoy perteneciente a nuestro municipio”.

A finales del siglo XVIII, en 1891, Don Acacio Cáceres y Prat, en un volumen de la Biblioteca de la Provincia de Madrid describe Pozuelo como “uno de los pueblos que disfrutan de más bello horizonte, despejado cielo y saludable clima. (…) Su situación topográfica es deliciosa, descendiendo hacia una agreste barrancada sombrada en sus riberas por frondosos y seculares álamos blancos y negros. Confina su término por el norte con la jurisdicción de Majadahonda; por el sur con las de Húmera y Alcorcón, por el Este con la de Aravaca y por el Oeste con la de Boadilla”.

Y continúa de esta manera: “en la parte baja de Pozuelo de Alarcón se ve un manso arroyo que desde el viñedo hasta las huertas, corre silencioso, recogiendo a su paso por el pueblo sobrante de las fábricas de curtidos y de la POZA, y regando un hermoso valle, cuyas alamedas son el solaz de los melancólicos madrileños”.

Pozuelo, el lugar de descanso de los vecinos de la Corte

Don Francisco Aguado y Morari, en su Memoria Médico -topografía de la Villa de Pozuelo de Alarcón, describe la ciudad y sus fuentes. “Siendo esta villa de Pozuelo e Alarcón, uno de los sitios, sino el principal que con razonado fundamento eligen muchos vecinos de la Corte para venir a descansar de la agitada vida de las grandes poblaciones, y en donde buscan la salud perdida multitud de enfermos de todas clases y condiciones, especialmente en los calurosos días de estío y no pocos en verdad, los que la recobran radicalmente, a veces sin más medios que los que la pródiga naturaleza con tanta espledidez los ofrece en esta deliciosa localidad…”.

En Aquella época, entre otras cosas, la ciudad era rica en fuentes y abundante en aguas de excelentes virtudes, que eran muy bien reconocidas. La fuente de La Poza, la Fuentecilla, la Escorzonera, la Fuente de Húmera y el Abrevadero, eran algunas de ellas.

La Asociación Cultural La Poza, ha hecho un excelente trabajo de documentación de la memoria histórica y de la vida en Pozuelo entre finales del XIX y principios del siglo XX.

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