Cualquier lugar del mundo, cuenta con una historia que nos invita a explorar desde una calle empedrada, una fachada antigua hasta algún monumento construido, lugares con gran relevancia histórica. Todas las localidades esconden secretos y hazañas del pasado de las que podemos disfrutar visitándolo y recorriendo coda uno de sus adoquines.
La localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón, es uno de esos lugares en los que se puede disfrutar de distintos lugares con gran relevancia histórica. En este reportaje vamos a iniciar una aventura recorriendo esas localizaciones que Pozuelo sigue manteniendo y que con el paso de los años, se han convertido en una rica herencia cultural.
Cruz de la Atalaya
Es el monumento mas antiguo de la localidad madrileña. Se sitúa desde 1731 en el antiguo Camino Real. Antiguamente unía a Pozuelo y Húmera y marcaba el punto intermedio entre ambos lugares. Era un camino muy frecuentado por los vecinos de ambas localizaciones.
El monumento cuenta con esta frase: «A la devoción de Don Antonio Latorre Caballero de la Orden de Santiago del Consejo de Vecinos de Madrid año de 1731”.
A día de hoy, la visión de los alrededores de la Cruz de la Atalaya, han cambiado, se ha construido un parque forestal en el que se puede disfrutar de sombras, bancos, fuentes, papeleras y unas vistas impresionantes de la ciudad.
Barbacana y mercado
En el corazón histórico de Pozuelo de Alarcón, se levanta la imponente antigua barbacana, con sus gruesos muros de piedra. Esta, se alza como un recordatorio vivo de la importancia estratégica que Pozuelo ha tenido a lo largo de los tiempos. Está situada entre la plazuela de la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora y la antigua plaza principal.
Junto a la barbacana, el bullicio del mercado que se instaló allí en 1882. Este, dio durante muchos años, vida a las calles adoquinadas, lleno de diferentes aromas tentadores y el murmullo animado de los comerciantes y los vecinos. El mercado, lo formaban 11 departamentos entre ellos, puestos de frutas y verduras frescas, artesanías tradicionales y delicias gastronómicas…
Huerta Grande
La finca situada entre las calles Campomanes, carretera de Majadahonda, calle de Boadilla y Arroyo de las Pozas, ha sido siempre relacionada con la familia de Pedro Rodríguez-Campomanes. Esta calle recibe ese nombre desde 1911 dejando atrás a la Fuentecilla como recuerdo a la familia Campomanes.
Una propiedad en la que se invirtió mucha cantidad de dinero y en la que se podía disfrutar de variedad de alimentos frutales como manzanos, ciruelos, albaricoques, parras…además de cereales.
Que la familia Campomanes tuviera la posesión de dicha finca, supuso una buena noticia para el pueblo, ya que gracias a ese dato, se llevaron a cabo mejoras como la construcción de dos puentes de piedra o dos fuentes para llevar a cabo la canalización. Otro de los factores que hizo la familia Campomanes, fue contratar a personas y darles trabajo, un administrador, un hortelano o campesinos muy probablemente del pueblo.
Pero no solo la familia Campomanes ha sido dueña de esta propiedad, esta, ha pasado por distintas personales como Juan Ribera, encargado de vender una parte de esta para la construcción de la colonia de la Paz, Urbano Manini o Juan Tomás Gandarias.
A día de hoy las dos columnas significativas de la famosa finca, están ubicadas en la calle Manuel Ayende.
Iglesia de Santa Maria de Caná
Este edificio de carácter católico, luce en la localidad desde 1999 diseñado por el arquitecto Fernando Higueras.
En esta Iglesia se prestan diferentes servicios como la catequesis, formación de jóvenes, pastoral familiar, misas en directo, donativos o adoración Eucarística. Además, cuenta con ensayo de los propios coros tanto el polifónico como el de guitarras.
También cuenta con diferentes visitas que se acercan a la Iglesia a visitar los huesos que reposan de la Venerable Sierva de Dios Mari Carmen González Valerio.
Quinta de los molinos
Su nombre hace referencia a los molinos de viento de carácter hidráulico que dominan la finca. Esta, es de uso público cuyo origen se remonta a la segunda década del siglo XX. Dentro de ella, en los jardines, cuenta con diferentes edificios y arquitecturas declaradas de alto interés. A su vez, se divide en dos zonas bien marcadas por las diferentes temáticas, siendo así la zona norte con un estilo paisajista mediterráneo y la zona sur con un carácter agrícola.
En el terreno, se puede disfrutar de diferentes arboles como los olivos, pinos, almendros que ahora mismo, están floreciendo.
Con seis entradas distribuidas en todo su perímetro, este recinto limita al sur con la calle de Alcalá, al norte con la calle de Juan Ignacio Luca de Tena, al este con la Avenida 25 de Septiembre y al oeste con la calle Miami.
Parque de la Fuente de la Salud
Inaugurado en 1989, se sitúa a continuación del Parque de las Minas, en la Avda. del Camino de las Huertas, entre las calles San José de Calasanz e Isla de Arosa.
Una buena ubicación si deseas dar un paseo por la localidad. El parque cuenta con diferentes zonas de juegos para niños, variedad de especies vegetales como rosales, plantas anuales de flor y 16.000 metros cuadrados de pradera.
Fotografía de portada: página web Grupo Abrasador